Se llama falso techo o techo falso a aquel elemento constructivo situado a cierta distancia del techo propiamente dicho. Generalmente se construyen mediante piezas prefabricadas, generalmente aluminio, acero, escayola o PVC, y son soportadas por fijaciones metálicas. Su limpieza es fácil y así se evita tener que sustituirlo a menudo, suponiendo a su vez un ahorro económico considerable.
Las funciones de los falsos techos son varias, pero una de las más destacables es que funcionan como aislante térmico y acústico a los que se le pueden añadir componentes aislantes para fortalecer esta capacidad, evitando así el eco y la reverberación.
Otra de sus funciones es la resistencia a la humedad o a posibles incendios. Instalar un falso techo en partes de la casa expuestas a estos riesgos es una recomendación.
Una tercera es la ganancia de espacio para el paso de cableado e instalaciones, ocultándolos así a la vista y ganando en estética.
Por último, y unido a la que acabamos de mencionar, los falsos techos también sirven como decoración.
Ahora, ¿qué tipos de falsos techos existen?
Los techos registrables, que cuentan con una estructura metálica, muy utilizados en oficinas y comercios debido a la facilidad para desmontar y su utilidad para ocultar instalaciones eléctricas; los techos continuos, generados a partir de placas de cartón y yeso… ¡y los techos tensados!
Tratamos la información que nos facilita con el fin de prestarles el servicio solicitado. Los datos proporcionados se conservarán hasta que el interesado nos solicite la supresión de sus datos. Los datos no se cederán a terceros salvo en los casos en que exista una obligación legal. Usted tiene derecho a acceder a sus datos personales, rectificar los datos inexactos o solicitar su supresión cuando los datos ya no sean necesarios.
Puedes acceder a nuestra Política de Privacidad, Aviso legal y Política de cookies